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Pintura natural sobre piedra  

Foto del escritor: silviacored8silviacored8

Actualizado: 4 mar

Esculturas de La Madre Serpiente y el Padre Jaguar 



En San Agustín -región de Huila, Colombia- vivió hace mucho tiempo una cultura a la que se ha llamado el Pueblo Escultor debido a la enorme cantidad de esculturas en piedra que se encontraron allí enterradas.


Este pueblo construyó la mayor necrópolis de América Latina cerca del nacimiento del río Magdalena y sobre el macizo colombiano allá en el año 1000 a. C. aproximadamente. En la actualidad las comunidades indígenas que habitan en Huila son los Pijaos, los Páez y los Nasa.


No se sabe con certeza con qué propósito exacto usaron algunas de estas piezas, pero lo que si es seguro es que construyeron sofisticadas tumbas, protegidas por unos guardianes de piedra a cada lado de la entrada.


De hecho cada persona era enterrada dos veces: primero dejaban enterrado el cuerpo hasta que se descomponía completamente, y más adelante, recogían los huesos y los guardaban en urnas de cerámica. Son estas urnas las que colocaban en las tumbas de piedra junto con joyas de piedras semipreciosas y oro. 


Destaca una serie de figuras sobre la Pachamama o Diosa Madre que combina figuras femeninas con serpientes y con símbolos en forma de X.



La Madre Sagrada es uno de los símbolos más importantes del arte producido por las culturas originarias de América. La Madre Divina es la matriz generadora de vida, de semillas y abundancia. 


En Mesoamérica, durante el período de los Olmecas, se creía que la Tierra era un gran ser subterráneo, una cueva progenitora de todo lo vivo con forma de serpiente, arquetipo primordial del divino femenino.


La serpiente destaca por su capacidad de vivir tanto en la superficie como bajo tierra y en las profundas aguas de los ríos. Su naturaleza es la transformación infinita ya que deja atrás la piel que ya no le sirve y forma una nueva capa que le prepara y protege para lo que viene en el presente. Este animal porta una poderosa corriente de energía vital, y sus movimientos recuerdan a las corrientes telúricas y al agua que fluye bajo la superficie. La serpiente habita la oscuridad y para los chamanes, también habita ‘el  otro mundo’, lo que la convierte en un animal místico, mágico y lunar.


Figura tallada con forma de serpiente.


Su complementario en esta cultura específica es el jaguar, que habita la superficie terrestre bañada por la luz solar. La unión que ambos forman -el Felino-Serpiente-, nos habla del equilibrio cósmico entre las fuerzas opuestas. 

El jaguar, para la cultura del Pueblo Escultor, es el progenitor que fecunda la Tierra en su historia de creación. Hay varias esculturas en las que aparece un jaguar montado sobre una mujer en el momento de la procreación. Muchas de las figuras humanas tienen colmillos que demuestran esta unión jaguar-serpiente.

En otras figuras en cambio, el jaguar se posa sobre la persona como un ‘Doble Espíritu’. Quizá esta capacidad de incorporarse sobre los humanos responda a muchas de las prácticas chamánicas que se encuentran por todo Colombia. Los chamanes, usando plantas sagradas, entran en trance y se fusionan con el espíritu de animales de poder para así adquirir tanto sus destrezas físicas como visiones importantes para la comunidad. En Santa Marta encontramos el caso del Hombre Murciélago (origen del Batman) y en otras regiones del país el Hombre Jaguar. 


Doble Espíritu sobre el chamán.
Doble Espíritu sobre el chamán.

Los círculos amarillos son la manera esquemática de reflejar al jaguar. Por que efectivamente, todas estas creaciones escultóricas estaban pintadas con varios colores y aún se aprecian en algunas de ellas como es el caso de Purutal. 


Detalle de círculos amarillos sobre piedra, símbolo del jaguar.
Detalle de círculos amarillos sobre piedra, símbolo del jaguar.
Escultura de zona Purutal  que  aún conserva en gran  parte del color. *
Escultura de zona Purutal que aún conserva en gran parte del color. *

Visualización del interior de una tumba policromada (Parque Arqueológico de San Agustín).


Los colores que usaron fueron mayormente de origen inorgánico, es decir, pigmentos minerales mezclados con grasa animal y frotados en la superficie de la piedra. Los tonos amarillos, marrones y rojizos se obtienen de los ocres de la zona, como los que se pueden observar en el desierto de la Tatacoa. 



Desierto de la Tatacoa


El color negro se conseguía quemando madera y produciendo carbón y con él se acentuaban las líneas de contorno.

Para el rojo intenso se tomaba la corteza del Lacre rojo (Vismia macrophylla, de la familia de las Hipericáceas) del cual se saca una resina, usada tanto para pintura cerámica como para piedra. Por su origen orgánico (vegetal) no ha llevado bien el paso del tiempo a la intemperie, ya que se ve afectado por la luz del sol y la lluvia. 


Como vemos, estas formas de arte tenían un uso ritual, que ayudaba a plasmar toda una perspectiva tanto del mundo material como del más allá. Gracias a las esculturas podemos acercarnos a estas personas, a su mundo interior, y comprender mejor su forma de habitar la Tierra.


El arte es siempre una ventana que nos conecta los un@s con los otr@s y una forma de comunicación más allá de la lógica y del tiempo.



FUENTES


Las Estatuas del Pueblo Escultor, San Agustín y el Macizo Colombiano, David Dellenback.

Museo Parque Arqueológico de San Agustín, Huila, Colombia.


*Foto: Luis Ángel Fernández Canedo

 
 
 

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