Dentro de los pigmentos minerales, el ocre rojo, es uno de los más usados desde la antigüedad.
Su importancia es casi elemental en cuanto a trazar los pasos evolutivos del ser humano.
Los ocres son sustancias con un rango de color que va desde tonos amarillos, pasando por naranjas, rojos y morados intensos. El elemento químico que les proporciona el color es el óxido de hierro. El ocre rojo toma su color de la Hematita (Fe2O3).

La identificación y transformación del ocre rojo son acciones que indican ciertas capacidades cruciales para definir al Homo Sapiens de hoy. El increíble color rojo del ocre no atrajo únicamente a los humanos (como ya vimos en una entrada anterior), sino que pudo atraer a otras especies de animales como aves y primates.
Un ancestro primate primitivo adquirió una nueva capacidad de adaptación hace unos 23 millones de años: la visión tricromática. Nuestro antepasado pudo diferenciar el color rojo a través de sus ojos, los cuales tenían tres tipos de conos que permiten ver los tres colores primarios. Esta adaptación evolutiva nos ayudó a poder distinguir el color de la sangre, el color de algunos hongos y animales o a diferenciar frutos y percibir su estado de maduración, entre otras funciones.
Al ser el rojo un color tan llamativo y tener nuestros ancestros esta nueva capacidad de visión, pudo ser una de las primeras herramientas comunicativas y distintivas entre clanes. Imaginamos que encontrar una tierra o mineral con ese color, podía ser algo increíble y extraordinario, y pronto investigaron de qué manera podían trabajar el material para usarlo sobre sí mismos, o para establecer significados identitarios o de aviso y señalización entre iguales.
Lo que sí sabemos seguro es que hay sitios arqueológicos que certifican el uso del ocre rojo hace 300.000 años. Y no sólo los Homo Sapiens emplearon este pigmento mineral, hay pruebas de que los Neandertales experimentaron con el ocre hace unos 250.000 años.
El ocre rojo además nos permite realizar hipótesis sobre la evolución cognitiva de los humanos. Por ejemplo, hay numerosos emplazamientos arqueológicos donde se han encontrado herramientas con las que se transformaba este mineral. Esto significa que se desarrolló un elaborado proceso que señala un comportamiento complejo muy superior a lo que se creía en esa época, lo que hace cambiar la trama histórica (hablaremos de este tema con mayor profundidad en otro post).
Otro signo de evolución es la capacidad de desplazamiento. A través de la herramienta ''huella digital elemental' se pueden analizar los materiales y determinar su procedencia. Tras recolectar muestras de diferentes tipos de material de una serie de sitios, son analizados para determinar la firma geoquímica única de cada lugar. Estas firmas están hechas de múltiples elementos, algunos de los cuales pueden existir en un sitio pero no en otro. Así pues sabemos que algunos sapiens transportaron ocre con ellos a lugares lejanos, lo que indica el inicio de rutas comerciales y redes sociales.
Un ejemplo es el descubrimiento de ocre manipulado por humanos en el sitio arqueológico de Madjedbebe. Esto apunta a que Australia fue habitada 20.000 años antes de lo que se creía en un primer momento.
¿Pero, para qué usaban el ocre rojo?
Uno de los usos del ocre es la protección solar. Este descubrimiento permitió que las personas se pudieran desplazar de un lugar a otro sin sufrir quemaduras en las piel. Además el ocre es un buen repelente contra insectos y conserva el cuero. Por lo que podemos imaginar a tribus con la piel cubierta de ocre rojo y sus vestimentas de cuero teñido de rojo, viajando en grupo por los territorios de África y expandiéndose por todo el mundo.
Seguramente este descubrimiento hiciera que usaran la pintura corporal como medicina preventiva en su día a día, ya que sus cuerpos estaban muy expuestos tanto al sol, como a picaduras de insectos o heridas. El ocre rojo también ayuda a regenerar las células de la piel, por lo que se usaría en el tratamiento de cicatrices.
Un ejemplo actual del uso del ocre rojo en la piel son los Onge, de las islas de Andamán que usan todos los días de su vida un ungüento al que añaden ocre rojo para proteger su piel frente a las picaduras de escorpión, cicatrizar heridas y protegerse de enfermedades.

Onge, Islas Andamán
Se han encontrado también obras artísticas abstractas talladas sobre este material de hace más de 100.000 años, y en general, el ocre rojo se ha usado para pintar con él cuevas y también en rituales mortuarios donde se coloreaba al difunto y sus ropajes de rojo. Se cree que podría haber tenido un significado de nacimiento y renacimiento.

Ocre tallado, cueva de Blombos, Sudáfrica. Foto: Christopher Henshilwood
Espero que como yo, hayas disfrutado y aprendido algo nuevo a partir de los colores naturales. En muy pocas semanas estaremos lanzando nuevos talleres de Symbiotic Colours, muchos de ellos alrededor de los pigmentos minerales, por diferentes lugares de la provincia de Huesca. Estáte atent@ a nuestras redes sociales y a la web.
Salud y vida.
FUENTE
Comments